¿Cuáles son los tratamientos más frecuentes en odontopediatría?
Si tuviésemos que mencionar los principales tratamientos en odontopediatría estos serían sin duda los referentes a mal oclusiones bucales.
Estos inconvenientes de ortodoncia acostumbran a mostrarse a una edad temprana, en el momento en que también es más simple corregirlos. Cuanto mucho más se descuiden, más bien difícil va a ser (en concepto de intervenciones necesarias) tratar el inconveniente en la adolescencia o, peor aún, en la edad avanzada.
Desde Doctor Toledo deseamos proteger tu sonrisa a la mayor brevedad para evitar la aparición problemas dentales que logren perjudicar a tu salud bucal.
Inconvenientes y tratamientos bucales más habituales en pequeños
1) La mordida abierta
Se trata de una alteración dental que consiste en la incapacidad de cerrar los dientes frontales; esto quiere decir que cuando se le solicita al niño que apriete los dientes, los dientes frontales no se tocan entre sí sino queda un lugar al aire libre en el medio.
Sus causas pueden ser óseas (el desarrollo del hueso de la mandíbula no se ha producido adecuadamente) o tienen la posibilidad de ser provocadas por el uso prolongado del chupete o la succión de los dedos.
La mordida abierta tiene secuelas negativas a nivel estético, pero sobre todo a nivel funcional: los pequeños damnificados no son capaces de efectuar correctamente las funciones básicas de masticación o fonación.
En algunos casos, para corregir la mordida abierta, basta con un tratamiento de ortodoncia (es decir, con la colocación de aparatos en los dientes); sin embargo, en los casos más graves, es necesaria la cirugía ortognática antes de la ortodoncia.
2) Mordida cruzada previo y posterior o mordida invertida
La mordida cruzada previo (asimismo llamada mordida inversa) es bastante común: quienes la padecen tienen los dientes superiores que, al apretar la mandíbula, se colocan detrás de los inferiores.
Esta maloclusión se genera cuando hay una relación incorrecta entre los huesos de la mandíbula (hueso de la mandíbula superior y hueso de la mandíbula inferior) o los dientes no encajan correctamente.
La mordida cruzada posterior, en cambio, afecta a los dientes laterales.
En la mayoría de los casos, los niños con mordida cruzada tienen un paladar ajustado y profundo y tienen inconvenientes para morder pues los dientes no reciben la fuerza adecuada para realizar la mordida correctamente: este trastorno también puede provocar daños en los dientes y las encías.
En ocasiones la mordida cruzada puede generarse en un solo lado de la boca: en un caso así el desarrollo de la mandíbula puede producirse de manera errónea ocasionando asimetría en la cara o dolor.
Las causas de la mordida cruzada pueden ser genéticas o estar determinadas por hábitos erróneos: abuso del chupete, del biberón, chuparse el dedo durante la infancia. Si se diagnostica esta maloclusión en los niños es viable corregirla con la utilización de brackets.
3) Apiñamiento dental
También hablamos de una maloclusión bastante común: es el resultado de un desajuste entre el tamaño del maxilar (en longitud) y el tamaño total que ocupan los dientes alojados.
Esto significa que los dientes no tienen suficiente espacio para organizarse adecuadamente; por consiguiente, algunos de ellos se posicionarán más adelante o más atrás.
El apiñamiento dental no sólo tiene secuelas estéticas: la mala disposición de los dientes hace que las maniobras de higiene bucal sean considerablemente más complicadas, aumentando el riesgo de caries y periodontitis.
Esta perturbación también puede provocar problemas en el habla o la masticación, pero también bruxismo y dolor de espalda.
Para solucionar el apiñamiento de los dientes se recurre al tratamiento de ortodoncia, pero -si ni siquiera ampliando los huesos se consigue el espacio necesario a fin de que los dientes se alineen apropiadamente- puede ser preciso proceder a la extracción de ciertos dientes; no obstante, esta eventualidad es decididamente rara si se actúa a lo largo de la infancia, al paso que es mucho más probable en la edad avanzada.
4) El retrognatismo
En un caso así nos encontramos frente a una perturbación por la que la mandíbula ocupa una situación más retrasada de lo normal; también es mucho más pequeña y el maxilar superior está en una posición más avanzada que el inferior.
Como resultado, los dientes frontales inferiores y superiores no se tocan entre sí cuando se aprieta la mandíbula.
Por lo general, el retrognatismo es de origen genético, aunque puede ser causado por el abuso del chupete en la infancia, o por la práctica de chuparse los dedos.
Los niños con Clase II tienen la posibilidad de presentar modificaciones funcionales en la fonación, la deglución y la masticación, pero también dolor facial y apnea del sueño; además, al crecer, tienen la posibilidad de tener problemas de autoestima relacionados con las secuelas estéticas del retrognatismo.
En las situaciones más leves -en especial si se diagnostica en la primera niñez- un régimen de ortodoncia servible puede ser bastante para corregir la sobremordida; no obstante, a veces la utilización de aparatos debe ir acompañado de una cirugía ortognática.
5) Mordida profunda
En un caso así los dientes superiores cubren a los inferiores; en ocasiones el inconveniente es tan grave que los incisivos inferiores se apoyan en el paladar (de ahí el nombre de “mordida profunda”).
Esta maloclusión puede dar sitio a toda una secuencia de problemas: contrariedad para masticar, problemas funcionales, bruxismo y susceptibilidad a la periodontitis debido a la imposibilidad de practicar una higiene bucal adecuada.
Como la mayor parte de los inconvenientes de ortodoncia, las causas pueden ser óseas, bucales o debidas a malos hábitos. También en estos casos se utilizan aparatos ortopédicos, que suelen ser suficientes si el problema se diagnostica en la niñez; en caso contrario, es requisito intervenir quirúrgicamente.
En Clínica Doctor Toledo cuidamos de tu sonrisa. Tenemos los más destacados expertos para el cuidado y soluciones de imperfecciones bucales. Es esencial comprender de qué manera solucionar nuestros inconvenientes dentales para eludir ciertos hábitos que logren ser dañinos para nuestro bienestar bucal.
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