¿Con qué continuidad se debe cambiar el cepillo de dientes?
De manera frecuente nos damos cuenta de que es hora de cambiar nuestro cepillo de dientes solo cuando sus cerdas se han deformado completamente, pero para entonces ya es demasiado tarde.
En primer lugar, tras unas semanas de uso, las cerdas pierden la resistencia que les permite eliminar la placa de forma correcta, a prueba de esto son las cerdas desfiguradas que no son capaces de realizar su función.
Seguidamente, un factor no menos esencial a tomar en consideración a la hora de decidir cuándo cambiar el cepillo de dientes (manual o eléctrico) es la capacitación de hongos y bacterias que -a largo plazo- tienen la posibilidad de acumularse entre las cerdas.
Tenga en cuenta que su cepillo de dientes suprime la placa, el sarro y los residuos de alimentos de los dientes, todo lo cual puede contaminar las cerdas a largo plazo; también está regularmente mojado, y el agua crea un ambiente húmedo en el que las bacterias y los hongos tienen la posibilidad de medrar de forma fácil, por no nombrar que los cepillos de dientes acostumbran a estar en el cuarto de baño, normalmente un ambiente ya húmedo.
Por ende, ¿con qué frecuencia se debe cambiar el cepillo de dientes?
La respuesta que escuchamos con más continuidad es “cada tres meses”; sin embargo, es una afirmación que debe tomarse con pinzas.
Generalmente, un cepillo de dientes puede durar 12 semanas, pero hay que tener en cuenta una serie de componentes que podrían llevar a cambiar el cepillo de dientes mucho antes.
- La forma en que cada individuo se cepilla los dientes. Hay algunas personas que se cepillan muy vigorosamente y de ahí que las cerdas se deforman antes.
- La frecuencia con la que se cepilla los dientes a lo largo del día. Los que se cepillan después de cada comida -desayuno, comida, merienda, cena- precisarán cambiar el cepillo de dientes con más continuidad que los que se cepillan sólo por la mañana y por la noche.
- El género de cepillo de dientes que nos encontramos utilizando: cerdas duras, cerdas blandas, calidad del cepillo, etc.
Lo que terminamos de decir tiene relación a la eficacia del propio cepillo de dientes y sus cerdas; pero hay otras situaciones en las que un cepillo de dientes, aunque siga siendo eficaz para remover la placa, debe cambiarse rigurosamente:
- Tras un proceso viral o una infección que haya perjudicado a la cavidad bucal: los gérmenes tienen la posibilidad de anidar entre las cerdas del cepillo de dientes y reactivar la infección en nuestro cuerpo
- Tras darse cuenta de que tiene una caries: puede haber bacterias cariogénicas (causantes de caries) en su cepillo de dientes; en esta situación, sin embargo, debe accionar a la mayor brevedad para eliminar el tejido cariado.
Trucos para sostener tu cepillo limpio
- Tras emplear el cepillo de dientes debemos enjuagarlo bajo el grifo de forma cuidadosa; entonces sacudirlo para eliminar la mayor proporción de agua posible de las cerdas.
- Es esencial que el cepillo de dientes se seque totalmente entre cada uso; por consiguiente, evite cubrir el cabezal con un capuchón de plástico (que crea un ambiente húmedo favorable a la proliferación de bacterias) y colóquelo en posición vertical a fin de que se seque.
- Evitar que los cepillos de dientes de la familia se toquen entre sí; para sostenerlos separados, se puede emplear un vaso cerrado con múltiples agujeros para poner todos los cepillos de dientes que queden en posición vertical, a una distancia correcta entre sí (si utilizamos un cepillo de dientes eléctrico, sostenemos todos y cada uno de los cabezales separados)
- No compartir el mismo cepillo de dientes, no entre los integrantes de la familia
Antes hemos dicho que no hay que usar el capuchón de plástico para cubrir el cepillo de dientes: “aprisionar” las cerdas cuando aún están húmedas crea un ámbito húmedo en el que los gérmenes y los hongos se multiplican de manera fácil.
El capuchón de plástico se puede usar en los viajes, cuando debemos llevar el cepillo de dientes con nosotros y no queremos que las cerdas entren en contacto con otros elementos; sin embargo, debemos acordarnos de quitarlo una vez que hayamos llegado a nuestro destino y, más que nada, de volver a ponerlo sólo cuando las cerdas estén completamente secas.
El precaución dental es un desarrollo muy importante en nuestro día a día. Si tienes más inquietudes, acude a expertos del campo y de este modo asegurar el higiene bucal mucho más conveniente para ti.
¿Cada cuánto tiempo debemos cambiar el cepillo eléctrico?
Afirmemos que se aplica la misma regla: podemos emplear 3 meses como indicación, pero tenemos que prestar atención al estado de las cerdas del cabezal del cepillo; si se deforman antes, tenemos que cambiarlo.
Ciertos cepillos eléctricos tienen cabezales con cerdas de colores que se desvanecen con el uso: normalmente, cuando estas cerdas han perdido absolutamente su color, es el instante de sustituir el cabezal del cepillo.
Evidentemente, exactamente las mismas normas que dimos antes para el cepillo manual se aplican asimismo al cepillo eléctrico: hay que enjuagar bien el cabezal del cepillo, agitarlo para eliminar el agua, no taparlo, secarlo en situación vertical y cambiarlo (si bien las cerdas sean novedosas) en caso de infección. Una aceptable higiene bucal depende bastante de los hábitos que tengamos a la hora de cepillarnos los dientes: para una boca limpia y sana el cepillo de dientes debe estar siempre “en forma”, conque recuerda cambiarlo en relación lo necesites.
En Clínica Doctor Toledo cuidamos de tu sonrisa. Disponemos de los más destacados especialistas para el precaución, la prevención, el diagnostico, tratamientos o rehabilitaciones de enfermedades bucales. Es importante saber de qué forma aplicar un cuidado primario para eludir ciertos hábitos que puedan ser perjudiciales para nuestro bienestar bucal.
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